Fui testigo de violencia doméstica y no supe qué hacer

violencia doméstica

Hace un tiempo a mediados de la pandemia había decidido mudarme a un nuevo edificio para así estar más cerca del trabajo, lo cual significaría vivir sola (además que quería contar con la experiencia), sin embargo, ya luego de unos meses en una de esas noches fui testigo de una situación de violencia doméstica bastante preocupante, y que luego de mucho pensarlo y sobreanalizarlo, ya hoy no me reprocho por no haber sido capaz de hacer algo más, y aquí les cuento el por qué.

La primera discusión y la crisis del muchacho

Era una noche cualquiera a las 3am cuando escuché a mis vecinos de arriba discutiendo, era una pareja.

Como ya a esa hora todo estaba muy silencioso se escuchaba parte de la discusión, como que ella había salido de la cama entró al baño y cerró con un portazo (sonó muy fuerte), a estas el muchacho entró en crisis y empezó a llorar fuertemente pidiéndole a la chica que le abriera y habían muchos gritos, a estas pareciera algo de infidelidad, me imagino que todo el edificio lo habrá escuchado.

No lo puedo negar, me puse un poco nerviosa y llamé a conserjería, y le comenté que se escuchaban unos gritos en el departamento de arriba, se escuchó que llamaron para ver si todo estaba bien y ellos no atendieron el teléfono, luego subieron a tocarle la puerta y ahí estuvo el chico hablando con el conserje y todo se calmó.

Me perseguí

Ya después de ahí estaba un poco angustiada, no sé, pero me perseguí pensando que me encontraría al vecino, a pesar que no tenía idea de cómo se vería, creyendo que a lo mejor le habían dicho que la vecina de abajo era la que los había delatado.

Luego me tranquilicé al haber pasado como dos semanas y no escuchar nada.

Lo que me dejó en frío

Luego de la segunda semana a eso de las 12 am se empezaron a escuchar ruidos muy raros, como que alguien arrastraba algo, parecía un mueble, y luego de ahí recuerdo que lanzaron al piso algo, pero muy fuerte como una lámpara y otras cosas más, justo me quedaba arriba de mi cama “imagínense el susto”.

Ahí yo estaba súper dormida, pero me desperté muy asustada porque empecé a escuchar como que alguien corría y el hombre la estaba golpeando y amenazando (tenían la tv prendida y no estaba tan claro como la primera vez), pero la mujer empezó a llorar muy fuerte y se escuchaba “que te crees tú que …”.

Me paré corriendo y casi sin poder respirar o ahogada de la angustia, llamé a conserjería con la voz temblando, diciéndole que llamaran a la policía porque pensaba literal lo peor. ¿Qué fue lo más triste? A esta el conserje me dijo: Mira, mi compañero está comiendo, no creo que pueda hacer algo porque no puedo dejar esto solo. Sin más nada que hacer, le dije que si no hacían algo a esa muchacha la podían matar.

Yo solo estaba ahogada del miedo, y me puse a llorar y a temblar entre los gritos que se escuchaban, no venía a mi mente una solución tan sencilla como buscar por internet el número de la policía, porque solo entré como en shock.

Lo bueno fue que intentaron llamar y luego de que el conserje tocara la puerta en varias oportunidades, el hombre no quería dejarla a ella que abriera la puerta, se escuchaba que la amenazaba y ella se terminó metiendo en el baño llorando, el hombre salió del apartamento y bajaron.

Gracias a Dios no terminó en un femicidio, pero sí fue un caso bastante extremo de violencia doméstica

Lo más increíble de todo es que al muchacho no lo detuvieron, la chica no salió del departamento o no la llegaron ni a ver.

Luego que el hombre me imagino se calmara, a los 20 minutos subió y tocó varias veces la puerta, la muchacha esperó como 10 minutos en abrirle, y ¿sabes qué fue lo peor? Lo dejó entrar al departamento. No hubo más gritos y a los días se mudaron, no sé si esa muchacha seguirá bien.

¿Por qué cuento esto?

Particularmente siempre he pensado sobre lo intolerante que es convivir con una persona que pueda atentar con la integridad física y psicológica de alguien más, sin embargo, analizando este caso, cuando la víctima se encuentra en una situación tan delicada como esa, en el que a lo mejor tenía mucho miedo como para tomar acciones antes que el hombre se pusiera agresivo, probablemente dependía emocional o económicamente de él, y ahí es cuando se vuelve más inevitable todavía.

Personalmente en mi caso, me sentía casi que parte de la escena y que lo único que me dividía era el techo. Si bien, este tipo de situaciones las veía en documentales, noticias o películas, pero escucharlo tan cerca me hizo tomar consciencia de lo que una persona puede llegarse a someter bajo ese estado de vulnerabilidad, dándole un gran poder a alguien como hasta la propia dignidad y vida misma,

Si conoces de alguien que pueda sentirse identificado con esta historia o si tú misma crees que tu relación está llena de abusos y agresiones, es momento de tomar cartas en el asunto antes que sea muy tarde, siempre encontrarás la ayuda necesaria para salir adelante por propia cuenta, comienza a independizarte emocional y económicamente para así poder tomar las riendas de tu propia vida.

Una serie que justo vi en esa época y me hizo reflexionar sobre este delicado contexto

  • Las cosas por limpiar (2021, serie) Disponible en Netflix

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